poema 16

En mi cielo al crepúsculo eres como una nube 
y tu color y forma son como yo los quiero 
Eres mía, eres mía, mujer de labios dulces 
y viven en tu vida mis infinitos sueños. 
La lámpara de mi alma te sonrosa los pies, 
el agrio vino mío es más dulce en tus labios: 
oh segadora de mi canción de atardecer, 
Cómo te sienten mía mis sueños solitarios! 
Eres mía, eres mía, voy gritando en la brisa 
de la tarde, y el viento arrastra mi voz viuda. 
Cazadora del fondo de mis ojos, tu robo 
estanca como el agua tu mirada nocturna. 
En la red de mi música estás presa, amor mío, 
y mis redes de música son anchas como el cielo. 
Mi alma nace a la orilla de tus ojos de luto. 
En tus ojos de luto comienza el país del sueño.

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